El Gobierno norteamericano presentó ayer el superordenador más potente construido hasta ahora: Pacific Blue, de la IBM.
Lo que más impresiona de este nuevo cerebro electrónico son los números con los que se presenta. Una tarjeta de visita que deja atónitos a los informáticos entendidos y a los aficionados que desde su casa han convertido a los ordenadores en sus aliados para el recreo y el trabajo.
El Pacific Blue es capaz de realizar, cada segundo, 3,9 billones de operaciones matemáticas, que si se tuvieran que hacer en una calculadora de bolsillo normal tardarían en completarse 63.000 años. El ordenador, construido por IBM para el Departamento de Energía estadounidense, tiene una memoria equivalente a la de 80.000 PC.
El ordenador utiliza 5.800 chips, cada uno ligeramente superior al modelo más famoso en este momento en el mercado, el Pentium II de Intel. Y en la era de la velocidad del procesamiento de datos y de las operaciones numéricas, el Pacific Blue se escapa de la competencia porque es 15.000 veces más veloz que un ordenador PC de uso personal.
El Pacific Blue fue presentado ayer en una ceremonia en la Casa Blanca por un pletórico vicepresidente Al Gore, Mr. Chip para los amigos, que habló sin freno sobre los avances informáticos y sobre la ventaja estadounidense en esta industria con respecto al resto del mundo. Esta tecnología, denominada arquitectura paralela masiva, "llevará a avances y a un mayor entendimiento de los modelos climáticos, del cambio de las temperaturas en todo el planeta, de la Medicina y de la fabricación y mayor seguridad de los aviones", aseguró.
Durante la alocución, muchos de los asistentes pensaron, sin decirlo públicamente, que en la otra esquina de Washington se celebraba en ese momento un juicio contra Bill Gates y sus genios, que han hecho posible muchos de esos avances informáticos. Pero en la Casa Blanca, en estos momentos, Bill Gates es persona non grata.
El Departamento de Energía quiere el superordenador para vigilar todo el arsenal nuclear estadounidense y para realizar ensayos nucleares simulados sin necesidad de salir de una habitación. También servirá para conocer qué misiles están todavía en uso o aquellos que deben ser jubilados sin necesidad de probar directamente si funcionan.
La lucha contra las enfermedades se beneficiará también del nuevo ingenio de la IBM. El Pacific Blue podrá combinar e identificar los nuevos medicamentos y componentes químicos que tengan más posibilidades de ajustarse a las necesidades de los enfermos con sólo apretar un botón.
Igualmente, la exploración petrolífera se verá afectada por su aparición. El ordenador podrá realizar simulaciones de los lugares donde es más posible que haya un campo de petróleo y dirigir a los técnicos sin tener que realizar perforaciones inútiles.
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